El misterio sigue envolviendo el origen y las razones últimas que envuelven tanto a la puesta en marcha del proyecto iconográfico de Las Covachas como al abandono del mismo, que quedaría incompleto.
Sería, una vez más, el segundo duque de Medina Sidonia y séptimo señor de Sanlúcar de Barrameda, Enrique II El Magnífico el impulsor de este proyecto estético que quería reflejar en piedra una imagen de poder y misterio vinculada a la Casa de Guzmán: los dragones marinos que remataban las arcadas de Las Covachas y que místicamente parecen sostener la barranca sobre la que se asienta el Palacio Ducal de Medina Sidonia, antiguo alcázar viejo de la villa medieval sanluqueña y sede del poder de la Casa Ducal y de los Guzmanes.
Las Covachas son la antiquísima oquedad abierta en el perfil de la barranca desde tiempos remotos, son los arcos góticos que la embellecen con su composición de amenazantes dragones marinos, son el perfil mismo del espacio que se abre ante dichas arcadas incompletas, son el sueño inacabado de un duque que se abre al mundo y al río Guadalquivir desde el siglo XV hasta nuestros días…
Por Manuel J. Parodi Álvarez. Doctor en Historia